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viernes, 17 de octubre de 2014

El Milagro de los Milagros. El Liderazgo Religioso


Texto Azul: VM Samael
Comentarios del Blog: Verde

Cuando se estudia la historia de la humanidad, y en especial la historia de las religiones, no es posible evitar notar la presencia constante de los eventos mágicos, situaciones en que aparentemente las leyes de la naturaleza, como las conocemos, parecen quedar reducidas a nada. Estos eventos los hemos llamado: Milagros.

Es innegable que las religiones formales establecidas hoy, deben gran parte de su éxito a la ocurrencia de múltiples milagros obrados por sus personajes centrales, y que luego esas hazañas fueron transmitidas a las generaciones posteriores como sustento de la fe.

Desde los milagros y portentos de leyenda de los dioses griegos, pasando por los nacimientos de encarnaciones divinas rodeados de eventos maravillosos y sobrenaturales: Horus, Osiris, Krhisna, Buda, Jesús, Zaratustra, Mithra, Heracles, Dionisio, Tammuz, Adonis, Baco, Prometeo, etc. Hasta los milagros realizados por los seguidores de esas divinidades, siglos después de su estadía en la Tierra, los milagros siempre han estado presentes.

La pregunta de reflexión del tema es: Son necesarios los milagros para fundar religiones verdaderas?. Si no se hubieran realizado milagros, las religiones que conocemos hoy tendrían la misma cantidad de seguidores como los tienen actualmente?. Han conducido estos milagros a cambios fundamentales en la humanidad?

Es innegable que en el estado concientivo que ha presentado la humanidad durante los últimos miles de años, para poder llegar a impactar esa conciencia fueron necesarios los milagros. Si no, cómo hacer que le creyeran a los enviados.

Asumiendo que esos milagros fueron legítimos y auténticos, habría que concluir que para la psiquis del ser humano de entonces, era sumamente efectivo y profundamente significativo que alguien pudiese hacer milagros. Para ellos, los que hacían milagros eran dioses, magos o brujos.

Si vemos el magisterio de Jesús, en la Galilea de hace unos 2,000 años, tenemos que admitir que estuvo lleno de milagros, al menos según como se reporta en las Sagradas Escrituras, mas específicamente en los cuatro Evangelios del Nuevo Testamento. Se dice que obró mas de 30 milagros durante su vida pública.

Los Milagros y la Fe.

Es importante ahora preguntarse cuál es el efecto del milagro sobre la fe.
Pero definamos primero FE. La fe debe distinguirse de la "creencia". La creencia es la "confianza" que se deposita en algo (una deidad, persona, cosa, doctrina, etc.). Por contraparte, y aunque parezca asombroso, Fe es CERTEZA. El que tiene FE no necesita creer, porque ha COMPROBADO.

En ese sentido el Milagro NO APORTA FE, pero aviva profundamente la creencia.

Se puede creer en algo durante toda la vida, y sin embargo no emprender iniciativas importantes en base tan solo a esas creencias. Se puede creer en Dios toda la vida, pero quizás la persona creyente nunca llegue a adquirir la Fe del que ha comprobado verdaderamente, y en su propio pellejo, la presencia de Dios.

Es por tanto necesario establecer, aun a riesgo de controversia, que los milagros realizados por hombres y mujeres selectos, aunque tienen una importancia muy especial, aumentan la "creencia", mas no la FE. Incluso, y esta es la parte controversial, pueden hacer que la persona nunca llegue a la Fe por comprobación si se conforma con tan solo creer.

Como en la parábola del labrador, los milagros son las semillas que se siembran, con la esperanza de que hayan sido plantadas en "tierra fértil". Al lograr que se "crea" en las posibilidades exhibidas por el hacedor de milagros, queda la puerta abierta para que el creyente busque ahora la Fe, que se consigue con practicar perseverantemente los preceptos enseñados. Pero esto no está absolutamente garantizado.

Todo verdadero y auténtico lider religioso comprende a la perfección esto. Y "espera" que la semilla sembrada produzca sus frutos verdaderos: la autotransformación del hombre. Bajo ningún concepto buscan estos seres sembrar la ignorancia de las supersticiones y los personalismos. "El que en mí cree, las obras que yo hago también él las hará; y mayores que éstas hará". Así dijo el Gran Kabir Jesús como promesa para aquel que trabaje sobre sí mismo.

Es por eso que para el gnosticismo y los gnósticos de todos los tiempos, la Fe es un PODER.
Veamos lo que nos dice el VM Samael:

¿Quieren saber algo sobre la Fe? Pues bien, lo que aquí sucede es que las gentes CONFUNDEN LA CREENCIA CON LA FE; y esta equivocación es de tipo general, “confunden siempre la gimnasia con la magnesia”, y es difícil poderle quitar a la gente esa tontera, ¿no?: Creer que la Fe es la misma creencia.

La realidad de los hechos, para mi modo de ver y de entender esas cosas, es que, ante todo, el que quiere llegar a tener Fe de verdad, tiene que llegar a desdoblarse en dos: EL HOMBRE EXTERIOR y EL HOMBRE INTERIOR.

En tanto, por ejemplo, no logre uno desdoblarse psicológicamente, pues, sigue como Hombre Exterior. El Hombre Exterior, ¿de dónde va a sacar la Fe? Hay que darle nacimiento, en uno, al Hombre Interior, el Nuevo Hombre debe nacer en uno; ese Hombre Interior no es otra cosa sino el Hombre Psicológico. El Hombre Interior está colocado en un nivel superior al Hombre Exterior. El Hombre Exterior, en todo caso, no es el Hombre Interior.

“Es necesario renacer –dice Jesús– del Agua y del Espíritu”; y todos los Evangelios del Gran Kabir Jesús, van a eso: Al RENACIMIENTO del Hombre Interior. Él quiere que surja el Hombre Interior en cada persona; eso es lo que desea el Gran Kabir.

Los mensajes de Jesús no van al Hombre Exterior que digamos, Jesús no venía dispuesto a perder el tiempo miserablemente, dando Enseñanzas exclusivas para el Hombre Exterior; las Enseñanzas de Jesús tienen un solo objetivo: Que es renacer del Agua y del Espíritu; quiere que en nosotros renazca el Hombre Interior, que nos desdoblemos en dos.

Obviamente el Hombre Superior nace dentro de nosotros en un nivel superior, en una Octava superior. El Hombre Inferior, el hombre común y corriente, esta colocado siempre en el nivel de tipo inferior; eso es ostensible.

Así que Jesús no se interesa mucho porque prosiga el hombre de nivel inferior, sino porque renazca en nosotros el Hombre Superior; quiere que nazcamos del Agua y del Espíritu, quiere que lleguemos al NACIMIENTO SEGUNDO, quiere el desdoblamiento del Hombre.

Cuando uno se ha desdoblado en sí mismo, o se ha dividido en Superior e Inferior, entonces tiene una EXPERIENCIA DIRECTA SOBRE LO REAL.

El Hombre Exterior realmente vive en un Mundo Externo y únicamente puede saber sobre las cosas del Mundo Externo; el Hombre Interior es distinto: Vive en un mundo interior. Así como hay una vida de tipo exterior completamente, hay también otra vida de tipo interior.

Cuando uno trabaje de verdad, sinceramente, está erradicando de su psiquis lo que debe erradicarse: Su imbecilidad, su idiotez, cretinismo, ínfulas de grandeza, su autoimportancia, etc...

A medida que los elementos indeseables que lleva en su interior mismo se reduzcan a cenizas, la Esencia, la Conciencia se va liberando, eso es ostensible, va resurgiendo en uno; esa Conciencia liberada es Fe, pero Fe de verdad, no creencias, esas creencias no sirven para nada, hablo de FE, que ES SAPIENCIA.

Ese Hombre nacido del Agua y del Espíritu es Fe verdadera, es el Hombre de Fe; no la fe, la creencia aquella del carbonero, ni lo que le enseñaron a uno (los dogmas de tal o cual Religión), no me quiero referir a esto.

El Hombre Consciente desprovisto de Ego, indudablemente por experiencia directa, vívida, puede conocer los enigmas del Universo, puede experimentar en forma vívida los Misterios de la Vida y de la Muerte; puede vivenciar Eso que está más allá del cuerpo, de los afectos y de la mente, Eso que no es del tiempo, Eso que es la Verdad.

Así pues, en tanto no nos hayamos dividido en dos Hombres: el Exterior, común y corriente, y el Interior profundo, no seremos hombres de Fe, seremos hombres de creencias pero no de Fe.


El Ser Interior Profundo. Nuestra Autoridad Interior.

Cuando uno llega a reconocer que dentro de sí mismo, en las profundidades del Hombre Interior, hay una Autoridad colocada en una Octava más elevada, se somete a esa Autoridad, entonces aumenta la Fe; pero uno puede someterse a esa Autoridad colocada dentro de uno mismo, colocada en una Octava ascendente, o sea, que uno se ha desdoblado en dos.

El Hombre Interno se somete a esa Autoridad, y el Externo, a su vez, se somete al Hombre Interior, y todo queda sometido en general a una AUTORIDAD ÍNTIMA, que no es otra cosa sino la de su propia particularidad, la de su propio Logoi, la de su propia MÓNADA (hablando esta vez al estilo Leibniz), la de su Padre que está en secreto.

Mientras más obedezca uno esa Autoridad, “tanto en los Cielos como en la Tierra”, es decir, tanto en el Espacio Psicológico como aquí en el Espacio Tridimensional de Euclides, pues, tanto más aumenta la Fe. Ante todo, tiene que darse cuenta que uno no vale nada, y someterse a la Autoridad Interior, profunda; no hablo de una autoridad exterior, claro, sino de la VOLUNTAD ÍNTIMA; si uno se somete a esa Autoridad Íntima, la obedece, la Fe aumenta.

Para someterse a esa Voluntad Interior profunda, tiene uno que reconocer su propia nadidad y miseria; si uno cree que vale algo, no se somete; y sino se somete tampoco aumenta la Fe.


Existen Mecanismos para Tener FE?.

¿Mecanismos para adquirir la Fe? La Fe no se adquiere con mecanismos, la Fe se obtiene a base de TRABAJOS CONSCIENTES Y PADECIMIENTOS VOLUNTARIOS; ningún esfuerzo mecánico puede transformarnos, solamente pueden transformarnos los Esfuerzos Conscientes. La Fe no se adquiere sino desintegrando el Ego; y el Ego no se desintegra, repito, sino a base de trabajos conscientes y padecimientos voluntarios; se aparta completamente de los mecanismos, nada tiene que ver con los mecanismos


La Comprensión y la Fe.

Algunos piden Fe, claman por la Fe. Esta bien orar, pero ya lo dice el dicho: “A Dios rogando y con el mazo dando”... Entonces, ¿qué hacer? Realmente, para conseguir la Fe ante todo hay que FABRICARLA; la Fe no es algo que se pueda lograr en forma empírica. Repito: HAY QUE FABRICARLA. ¿Y cómo se fábrica? A base de ESTUDIO y de EXPERIENCIA

Es obvio que mediante el estudio y la Experiencia Directa, a través de la técnica de la Meditación, llegaremos a COMPRENDER y de esa Comprensión deviene, espontáneamente, eso que se llama “Fe”.

La Comprensión, en sí misma, no pertenece a la Mente; es una propiedad exclusiva del TERCER LOGOS, del SEÑOR SHIVA, de BINAH (el Gran Sephiroth, uno de los Tres Sephirotes Supremos), del Espíritu Santo...

Si nosotros estamos experimentando a través de la Meditación, si estamos estudiando algo, algún tema trascendental, si nos esforzamos por comprenderlo, es obvio que lo primero que tendremos será la Experiencia Mística (como resultado del estudio y de la Meditación); luego deviene la Comprensión, ese chispazo de Luz que nos da el Tercer Logos. Él viene en nuestro auxilio para darnos la Comprensión y de tal Comprensión resulta la Fe.

La Comprensión (repito, para que se me entienda bien) tiene su basamento en el Tercer Logos, y de ésta deviene la Fe. Luego, si la Comprensión tiene su basamento en el Tercer Logos y de ésta deviene la Fe, obviamente, la raíz misma de la Fe está en el Tercer Logos, es decir, en el Espíritu Santo.

Pero en esto de adquirir Fe hay grados y grados, escalas y escalas, sistemas y sistemas. Obviamente, mis caros hermanos, cuando yo aludo a “sistemas y sistemas”, me estoy refiriendo a cuestiones jerárquicas: Sistemas Solares, Mundos, Universos, Sistemas Atómicos, etc. En cuanto al medio o sistema práctico para lograr la Fe, no es otro sino el que ya dije...


Reflexión final:

Apreciado amigo y hermano que acabas de leer esto: Eres de los que "creen" o de los que ya tienen Fe?. Acuérdate que es muy fácil creer, pero es sumamente difícil "fabricar" la Fe, porque ésta es el resultado de un verdadero trabajo sobre tí mismo.