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domingo, 23 de marzo de 2014

Meditación 30: Ejercicios de Concentración

PRACTICAS ESPECIALES DE CONCENTRACIÓN.

CONCENTRACIÓN EN LOS LATIDOS CARDÍACOS

Es necesario tratar de relajar totalmente los músculos del cuerpo y luego concentrar la atención en la punta de la nariz, hasta sentir plenamente el pulso del corazón en ese órgano del olfato; luego seguiremos con la oreja derecha hasta sentir el pulso del corazón en ésta, después continuaremos con la mano derecha, pie derecho, pie izquierdo, mano izquierda, oreja izquierda y nariz nuevamente. Sintiendo plenamente el pulso del corazón por separado en cada uno de estos órganos donde hemos fijado la atención.


CONTEO DE LA RESPIRACION

Sentado erguido, en la asana de meditación, y luego relajar correctamente el cuerpo, nos concentraremos en la respiración de la siguiente manera: Contaremos del 1 al 10 cada inhalación y cada exhalación. Es decir, inhalamos y decimos mentalmente "uno", exhalamos y decimos mentalmente "dos", y así sucesivamente hasta llegar a 10.

Reglas del Ejercicio:
Al llegar a 10 comenzamos de nuevo con el 1.
Si se nos olvida el número que sigue, volvemos a comenzar con el 1.
Si nos damos cuenta que nos pasamos de 10, volvemos a comenzar con el 1.
Hay que tratar de mantener la correcta secuencia del conteo por el mayor tiempo posible.

Este es un ejercicio fabuloso de concentración recomendado por el Maestro Samael.

CONCENTRACIÓN EN UN DIBUJO

Abrir los ojos y fijar vuestra atención en el círculo que rodea al punto, concentraros profundamente allí. Dirigir vuestra atención hacia el punto central y concentraros en él.
No olvidar que mientras permanezcamos en este ejercicio de concentración, como en todos, debemos estar alertas para apartar y desechar de nuestra mente toda idea, pensamiento, imagen, sonido, etc., que no corresponda al sujeto, objeto o lugar de concentración del momento.


 CONCENTRACIÓN EN UN VASO DE AGUA

Debidamente relajados, fijamos toda nuestra atención en la superficie de un vaso transparente lleno con agua. Debemos mantener nuestra atención en dicha superficie, sin distraernos por un momento. Al cabo de un tiempo, podremos observar en la superficie pequeñas figuras que se agitan, si perseveramos, percibiremos formas que con el tiempo iremos relacionando con fenómenos que se suscitan a nuestro alrededor. Esta práctica tiene la particularidad de desarrollar la clarividencia y además lograr el desarrollo de la concentración.

(Ejercicio Avanzado)
Vean: Aquí tengo yo este vaso con agua (voy a tomar un poquito, y hasta está buena, ¿verdad?)... Miren, se coloca el vaso así, de frente, con tanta agua como la que ven ustedes aquí. Luego, se concentra uno en el agua, en forma tal que la vista atraviese el cristal y caiga exactamente en el centro del agua, es decir, aquí, en el centro del círculo, en el punto del círculo (pero que la vista atraviese por entre el vidrio y caiga sobre el centro del círculo).

Es un ejercicio muy sencillo; 10 minutos nada más, todos los días, pero eso sí, a los 15 ó 20 días comenzarán ustedes a ver que el agua es de colores (colores de la Cuarta Dimensión, que existen y que ustedes podrán verlos). Luego, por ahí como a los 3 ó 4, ó 6 meses a más tardar, si pasa un carro por la calle, ustedes verán la calle como una cinta de luz y por entre esa cinta de luz verán ustedes el carro, lo verán chiquitito, pero lo verán.

A los tres años (yo les digo eso en nombre de la Verdad, es decir, sinceramente, porque yo practiqué este ejercicio), llegará el momento en que ya ustedes no necesitarán del vaso este de agua, podrán ver, perfectamente, eso que llaman “Lo Invisible”, eso que llaman la “Dimensión Desconocida”.

VM SAMAEL


CONCENTRACIÓN EN UNA VELA

Nuestra vista debe fijarse en la llama de la vela, también nuestro oído, gusto, olfato y tacto. Vemos como danza aquella flama, y el ruido que provoca con sus movimientos, el calor que libera, el olor que despide, etc. En nuestra mente debe existir sólo la llama de la vela, todo pensamiento  que aparezca en la pantalla de la mente será quemado por dicha flama, desapareciendo de inmediato. Debemos llegar a sentirnos parte de aquella llama, y escudriñar hasta lograr ver aquello que anima y da vida al fuego, estas son las salamandras.

Con esta práctica se logra la perfecta concentración del pensamiento.

TRATAK

Es un ejercicio de concentración muy efectivo. Primero concentra tus ojos en un objeto externo o en un punto fijo, sin pestañear. Después cierra los ojos y concéntrate en la imagen mental del objeto. Este ejercicio mejora tu capacidad de atención y finalmente te lleva a conseguir la concentración en un punto.


CONCENTRACIÓN EN UN SONIDO

Aquí, puedes escuchar el tic-tac de un rejoj. Cuando tu mente empiece a divagar, la llevas de nuevo a este sonido. Si hay mucho ruido de fondo, puedes escoger el que más resalte y concentrarte en él durante algún tiempo (como un testigo, sin reaccionar de ninguna manera)

Algunos Ejercicios del Sr. E. Wood en su Curso de Concentración Mental.
CONCENTRACIÓN MIDIENDO EL TIEMPO (Intermedio)
Escoged un lugar apropiado, donde nadie os moleste. Durante unos quince minutos, sentaos
tranquilamente y enfocad la mente en un pensamiento agradable. Colocad ante vuestra vista un reloj que marque los segundos y anotad el tiempo exacto. Cerrad luego los ojos, pensad en el objeto y tratad de no olvidarlo. Después de un corto, tiempo hallaréis que estáis pensando en algo muy distinto.
Apuntad entonces en las columnas respectivas de vuestro cuaderno: 1º, aquello en que os concentrasteis; 2º, el período de tiempo, y 3º, aquello en que os hallasteis pensando.

Este procedimiento puede repetirse varias veces, pero si os doliera la cabeza, debe dejársela por el momento. Debe escogerse un objeto sencillo y comparativamente sin interés, como una moneda, un reloj, una pluma, una hoja, una flor sencilla, para este experimento preliminar, si bien conviene cambiarlo de cuando en cuando.

Practicad por una semana. Al terminar la semana de estudio veréis en el cuaderno que vuestra concentración ha cesado siempre por una de las siguientes razones: impaciencia, ansiedad sobre algo, somnolencia, inquietud corporal, dolor de cabeza, detención de la respiración o interrupción exterior. Habéis descubierto que la mente es inquieta, y que responde demasiado fácilmente a la más ligera perturbación, ora del mundo exterior, ora del cuerpo, de modo que nada le cuesta abandonar el tema de concentración y prestar atención a cualquier otra cosa.

PRACTICA DEL RETORNO. (Intermedio)
Esto nos lleva al segundo ejercicio, que ha de integrar a la mente el hábito del retorno, de manera que su tendencia no consista en abandonar el objeto elegido, sino en volver a él cada vez que por un momento lo abandone. Acostumbran los estudiantes que desean adquirir la concentración de modo que puedan mantener la atención en una sola cosa durante algún tiempo, fijar la mente con firmeza sobre el objeto, con determinada voluntad, y hacerla volver de nuevo cada vez que se la encuentra vagando. No es éste el mejor medio de llegar a la concentración.

El modo correcto de hacerlo es decidir el objeto en que vuestra atención ha de fijarse, y luego pensar en todo lo que podáis, pero sin que en ningún momento lo perdáis de vista.

Antes de sentaros a iniciar la práctica del retorno decidid en forma muy definida cuál ha de ser el objeto de vuestra concentración, y por cuánto tiempo debéis sostenerla. Algunas personas se sientan y luego deciden lo que van a hacer; empiezan con un objeto y lo cambian por otro porque no les resulta satisfactorio, y por último se encuentran con que el tiempo ha pasado y no han hecho nada. 

Es mucho mejor determinar exactamente, antes de sentarse, lo que se va a hacer, y luego decirse a sí mismo: "Voy a fijar la mente sobre tal o cual cosa durante quince minutos, y en todo este tiempo no tendré nada que ver con ninguna otra cosa". Importa mucho que determinéis claramente en la imaginación lo que vais a hacer, y antes de empezar os imaginéis haciéndolo.

Practicad todos los días el siguiente ejercicio, durante unas tres semanas, antes de ir más adelante. 
No importa qué objeto escojáis, si bien conviene evitar al principio todo aquello que sea muy difícil o complejo. Debe pensarse en objetos materiales, cuadros o símbolos, teniendo cuidado de cambiarlos cada dos o tres días. Demos un ejemplo de este ejercicio: supongamos que decidís concentraros en una vaca. Debéis pensar en todo lo que queráis o podáis, pero sin perder de vista a la vaca. Esto es, debéis pensar en todo lo que podáis relacionar con la idea de vaca, siguiendo cualquiera de las cuatro líneas de pensamiento que ya se han explicado.
Meditación 20: Las Leyes del Pensamiento


EN LA ATENCIÓN NO DEBE HABER TENSIÓN
Muchas personas fracasan en la concentración porque cometen el error de tratar de asir firmemente 
la imagen mental. No hagáis eso. 

Colocad la idea escogida ante vuestra atención y contempladla calmosamente, como si observarais vuestro reloj para saber la hora. Este apacible mirar revela los detalles de una cosa tan bien como puede hacerlo un intenso esfuerzo, y quizá mejor. 

Tratad de hacerlo ahora por unos cinco minutos, porque una vez que hayáis llegado a mirar bien una cosa y verla perfectamente, en todo y en parte, sin poner la mirada fija y escudriñadora, sin fruncir el ceño ni retener el aliento, sin cerrar los puños ni hacer nada semejante, podréis aplicar vuestro poder a la práctica mental de la concentración.

Tomad un objeto cualquiera: un reloj, una pluma, un libro, una hoja o una fruta, y miradlo con toda 
tranquilidad por unos cinco minutos. Observad en él cuanto detalle podáis, como el color, peso, tamaño, configuración, composición, construcción, ornamentación, etc., sin efectuar la menor tensión. 

Es necesario observar bien sin que se presente la más mínima tensión nerviosa. Una vez que os hayáis capacitado en eso, comprenderéis por qué la concentración debe realizarse en perfecta quietud y silencio.