Ejercicio 4:
Habiéndote
preparado adecuadamente, relaja tu cuerpo y tu mente profundamente. Concéntrate
en el entrecejo, y visualiza allí, justo frente a él, una esfera de cristal
llena de luz. Imagina como se desprenden los rayos de luz desde esa esfera, que
refulgen intensamente. Trata de mantener esta imagen por el mayor tiempo
posible.
Ejercicio 5:
Asume la
postura de meditación que es tu favorita. Relaja tu cuerpo y tu mente
profundamente. Cuando hayas llegado a ese estado de relajación y de paz
interior, haz conciencia de tu cuerpo, siente tu ropa sobre tu cuerpo. Siente
la brisa en tus mejillas. Siente y haz conciencia del aire que entra y sale por
tus fosas nasales, su temperatura, su velocidad, su ritmo. Siente y toma
conciencia de tus pies, del peso de tu cuerpo en los talones, del peso de tus
piernas sobre el asiento, de la diferencia de presión en él, date cuenta de la
presión mayor debajo de tus glúteos. Siente y hazte consciente de cómo tu
espalda presiona el respaldo de tu asiento. Hazte consciente de tus manos,
trata de discernir tus dedos, cuál es el índice, el pulgar, etc. Trata de
hacerte consciente del mayor número posible de sensaciones de tu cuerpo. Pero
no dures mucho tiempo en cada una de ellas, mueve tu atención a otro lugar cada
dos minutos, mas o menos. Luego permite descansar tu atención suavemente en el
entrecejo y termina la práctica.