Extracto de la Conferencia del Maestro Samael titulada: Sunyata.
Yo experimenté el vacío iluminador en mi
mocedad. Apenas tendría algunos dieciocho años cuando pude dar el gran salto,
más allá del tiempo y vivenciar Eso que no es del tiempo. Eso que podríamos
llamar la experiencia del prajña-paramita, el más crudo realismo.
No está demás, enfatizarles a ustedes la
noticia de que tal evidencia fuese repetida tres veces. Supe lo que era el sunyata,
lo pude vivir.
En el vacío iluminador no existe el dualismo
conceptual. La maquinaria de la relatividad no funcionaría en el vacío
iluminador. La ley de las combinaciones y asociaciones mecánicas, no es posible
en el vacío iluminador.
Indubitablemente, la experiencia del vacío
iluminador sólo es posible en estado de samadhi, o como se dijera
también, en estado de prajña-paramita.
En el vacío iluminador no existen formas de
ninguna especie, podría decirse que allí, uno pasa más allá del universo y de
los dioses.
En el. vacío iluminador encontramos la
respuesta a aquello de que si todas las cosas se reducen a la unidad, ¿a qué
se reduce la unidad? Tal respuesta no es posible para la mente humana, o por
lo menos, para la mente que funciona de acuerdo con la lógica formal. Pero en
el vacío iluminador, no es necesaria tal respuesta, tal respuesta es una
realidad patente: si todas las cosas se reducen a la unidad, la unidad también
se reduce a todas las cosas.
Entonces, el que penetra en ese estado de
mahasamadhi, dijéramos, vive en todas las cosas, desprovisto de todo y esto de
por sí ya es grandioso, sublime e inefable.
Sumergirse definitivamente en sunyata es el
vacío iluminador definitivo. El vacío iluminador sólo es posible mediante el
gran salto y a condición definitiva de haber pasado por la aniquilación
budhista total. De lo contrario no sirve.
En aquélla época, en mi mocedad, aún no había
pasado yo por la aniquilación budhista y, obviamente, a medida que me acercaba
a la gran realidad, la conciencia se expandía en forma desmesurada. Es obvio,
la situación, no habiendo pasado por la aniquilación budhista, sentí indecible
terror, motivo por el cual regresé al universo de la relatividad de Einstein.
Repito, tres veces experimenté con el vacío
iluminador, y supe en el sunyata, que más allá del vacío hay ¿qué?: eso que se
llama talidad. Lo supe con una intuición de tipo trascendental. Porque
en el terreno de la intuición, dentro del mundo de la intuicionalidad, hay
distintos grados de intuición.
Incuestionablemente, el grado intuicional
más elevado es el de las mentes filosófico-religiosas o filosófico-místicas.
Ese tipo de intuición, corresponde al prajña-paramita.
Esta facultad, pues, me permitió saber acerca
del mundo del vacío iluminador y que más allá se encuentra la gran realidad...
Lo importante para nosotros es pasar por una suprema
aniquilación, a fin de que la conciencia, convertida en bodhisitta y
totalmente despierta, pueda dar el gran salto para caer dentro del vacío
iluminador. Un paso más y llegamos a la talidad...
Es necesario saber meditar, comprender lo que
es la meditación. El objeto de la meditación es muy simple. ¿Qué es lo que
queremos nosotros a través de la meditación? Tranquilidad...
Nadie podría tener tranquilidad, meditar y
tener su mente en santa paz, si no ha eliminado de su centro intelectual el
pensar caduco, extemporáneo. Nadie podría tener paz en su corazón, si no
hubiere eliminado de sí mismo, previamente, las emociones negativas y
perjudiciales.
Cuando un gnóstico, un arhat gnóstico, trata de
meditar, es que busca la tranquilidad. En esos instantes se propone trabajar
sobre algún elemento inhumano que haya descubierto en sí mismo mediante la
auto-observación. Si descubrió la ira, se dedicará a comprender el agregado
psíquico de la ira para disolverlo todo con al ayuda de su Divina Madre
Kundalini, que deberá invocar. Tal vez descubrió que tiene el agregado
psíquico del odio, entonces, se propondrá desintegrar tal agregado para que
surja en su reemplazo el amor...
Así, poco a poco, llega el instante en que la
conciencia queda completamente liberada, despierta, lista para dar el gran
salto y caer en el vacío iluminador que es la antesala de la gran realidad...
Sunyata es un término budhista muy interesante,
nos indica perfectamente la experiencia mística, vívida, del que no sólo ha
experimentado el vacío iluminador, sino que ha llegado más allá, mucho más
allá, a la talidad, a la gran realidad...
Necesitamos que ustedes aprendan a meditar, en
lo más profundo, que sepan meditar.
Cuando uno ha conseguido una verdadera concentración,
llega a la verdadera dicha.
Vean ustedes, si yo no hubiera tenido en vida
la experiencia del vacío iluminador, allá en mi mocedad, no estaría
hablándoles ahora en la forma que les estoy hablando. Esa experiencia vívida,
jamás se borró de mi conciencia ni de mi corazón.
Glosario:
Aniquilación budhista: muerte psicológica, muerte del yo pluralizado. Eliminación del Ego.
Gran Realidad: Dios como globalidad de todos los espíritus. El verbo. El absoluto inmanifestado.
Prajña-paramita: La perfección de la sabiduría.
Sunyata: Vacío, vacuidad, espacio. Más allá del vacío iluminador.
Arahat (Sánscrito).- Se pronuncia y escribe también: Arhat, Arhan, Rahat, etc., “el digno”, literalmente: “que merece honores divinos”. Este era el nombre que se dio primero a los santos jainas y posteriormente a los santos budistas iniciados en los misterios esotéricos. El Arhat es aquel que ha entrado en el mejor y supremo sendero, liberándose así del renacimiento.