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lunes, 6 de enero de 2014

Meditación 14.5: PRATYARA

PRATYARA (Abstracción de los Sentidos)

En su sentido profundo, es "aprender a sustraer la mente de los sentidos". Esta es, sin duda, la parte más difícil del proceso de interiorización.  

"PRATYARA" es segregar, separar la MENTE SENSUAL de la vista, el olfato, el oído, el gusto y el tacto para dar paso a la Conciencia. 

Sin embargo una de las reglas del “PRATYARA" es “llegar a lo invisible por medio de lo visible”, lo que de hecho significa que debemos  CONCENTRAR LA ATENCIÓN en un punto conocido normalmente por la Mente Sensorial y permanecer allí hasta ir conociendo la naturaleza dual de los pensamientos y sentimientos, trascendiendo luego esa lucha de los opuestos.

“La mente que es esclava de los sentidos”, tal como dice la Maestra Helena Petronila Blavastky, jamás alcanzará el estado de “PRATYARA”.

"Los extremos de cualquier dualidad son siempre una verdad a medias. La comprensión (que es lo que nos interesa) es la reconciliación de los opuestos, es la SÍNTESIS que resume a la TESIS y a la ANTÍTESIS.

 Pratyara es dirigir la mente hacia el interior, no permitiendo que vaya afuera, y así pensar sobre el tema de meditación para comprenderlo.

 Pratyara es la no identificación con la Mente Sensual. Es ir soltando los "tentáculos" que la conciencia nuestra tiene con los objetos de los sentidos. (Olores, sabores, sonidos, sensaciones, imágenes).

En síntesis práctica, PRATYARA es llegar al estado de "Mente Quieta" (no aquietada).

Antes de llegar a PRATYARA debe haberse conseguido una respiración sosegada, tranquila y equilibrada en las dos fosas nasales.

Se dice que cuando el aliento fluye por el lado izquierdo de la nariz es el momento de descansar, cuando fluye por el lado derecho es el momento de actuar, y cuando lo hace por ambas fosas nasales es el momento de meditar.

Es inútil tratar de concentrarse antes.

Veamos lo que nos dice el V.M Samael: (Texto Color Azul)

El No Pensar

El Gnóstico debe alcanzar primero la habilidad de detener el curso de sus pensamientos, la capacidad de No Pensar. Sólo quien logre esa capacidad podrá Realmente Escuchar la Voz del Silencio.

Cuando el discípulo Gnóstico alcanza la capacidad de No Pensar, entonces debe aprender a Concentrar el Pensamiento en una sola cosa. El Tercer paso es la correcta Meditación. Esta trae a la mente los primeros relámpagos de la Nueva Conciencia. El Cuarto paso es la Contemplación, Éxtasis o Shamadhí. Este es el Estado de Turiya (Perfecta Clarividencia). MP.

Cuando practicamos la meditación, nuestra mente es asaltada por muchos recuerdos, deseos, pasiones, preocupaciones, etc.


Debemos evitar el conflicto entre la atención y la distracción. Existe conflicto entre la distracción y la atención cuando combatimos contra esos asaltantes de la mente. El Yo es el proyector de dichos asaltantes mentales. Donde hay conflicto no existe quietud ni silencio.


Debemos anular el proyector mediante la auto‑observación y la comprensión. Examinad cada imagen, cada recuerdo, cada pensamiento que llegue a la mente. Recordad que todo pensamiento tiene dos polos: positivo y negativo.


Entrar y salir son los aspectos de una misma cosa. El comedor y el baño, lo alto y lo bajo, lo agradable y lo desagradable, etc., son siempre los dos polos de una misma cosa.
Examinad los dos polos de cada forma mental que llegue a la mente. 


Recordad que sólo mediante el estudio de las polaridades se llega a la síntesis.
Toda forma mental puede ser eliminada mediante la síntesis.


 En la India, la auto-observación y estudio de nuestra Psiquis es llamada, propiamente, Pratyara.

Los pájaros‑pensamientos deben pasar por el espacio de nuestra propia mente en sucesivo desfile, pero sin dejar rastro alguno.

La infinita procesión de pensamientos proyectados por el Yo, al fin se agota y entonces la mente queda quieta y en silencio.


Un gran Maestro autorrealizado dijo: "Solamente cuando el proyector, es decir, el Yo, está ausente por completo, entonces, sobreviene el silencio que no es producto de la mente. Este silencio es inagotable, no es del tiempo, es lo inconmensurable, sólo entonces adviene Aquello que es".


Toda esta técnica se resume en dos principios:


a) Profunda reflexión.
b) Tremenda serenidad.


Esta técnica de la meditación, con su no‑pensamiento, pone a trabajar la parte más central de la mente, la que produce el éxtasis.


Comentarios:
Para entender Pratyara podemos usar una analogía del mundo de los marineros.
Imaginemos a nuestra conciencia actual, como un pequeño barco en alta mar. 

El océano es la mente. Cuando hay muy mal tiempo se suelta el ancla para que los fuertes vientos y la marea no nos llevan a la deriva. 

El ancla simboliza un objeto preliminar de concentración (mantra, el corazón, la punta de la nariz, etc.) que el meditante escoge como referencia mientras dure la vorágine de los pensamientos, recuerdos, imágenes, emociones, etc.

Sopla fuerte el viento de la mente, pero el meditante está concentrado en su objeto preliminar de concentración, fijo en su ancla y no se deja llevar a la deriva.

Cada pensamiento es observado (no discutido, ni verbalizado) atentamente sin identificación, permitiendo que la conciencia descubra sus motivos escondidos, luego... es olvidado...

Poco a poco, la mente va quedando serena, la mar va quedando en calma.
Hasta que solo hay una brisa suave y un mar apacible como un espejo donde se refleja el cielo.

Entonces recogemos nuestra ancla, y nos dirigimos en nuestra barca al destino final.


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