La Experiencia del Vacío Iluminador
(Texto Azul: VM Samael)
1.
En el mundo oriental se habla muy en
síntesis. Por ejemplo, el Budhismo[1]
Zen[2]
o Chan[3]
sólo dice que hay que llegar a la quietud de la Mente, al silencio de la Mente
con el propósito de lograr la irrupción del VACÍO ILUMINADOR. Se nos dice que en el Satori[4]
hay verdadera felicidad.
2.
Sólo librándonos del calabozo intelectual
podremos vivenciar la dicha del vacío iluminador, libre y enteramente
insustancial.
3.
El vacío es sencillamente un término Buddhista
claro y preciso que denota la naturaleza no substancial y no personal de los
seres, y una señal de indicación del estado de absoluto desprendimiento y
libertad fuera del tiempo y más allá de la mente.
4.
Bebed el vino de la meditación en la copa
deliciosa de la perfecta concentración.
Ampliación
En este Mundo Tridimensional de Euclides sólo se conocen causas y efectos mecánicos, mas no las Leyes Naturales en sí mismas. Mas en el Vacío Iluminador, ellas son, ante nosotros, como realmente son.Podíamos percibir en ese estado, con la Esencia, con los Sentidos Superlativos del Ser, las “cosas en sí”, tal cual son.
En el mundo de los fenómenos físicos, solamente percibimos, en realidad, la apariencia de las cosas: ángulos, superficies, nunca un cuerpo entero en forma integral; y lo poco que percibimos, es fugaz. Porque nadie podría percibir qué cantidad de átomos, por ejemplo, tiene una mesa o una silla, etc.; empero, en el Vacío Iluminador, percibimos las “cosas en sí”, tal cual son, integralmente...
Una Experiencia y una Conclusión...
Un día cualquiera, no importa cual, hallándome en el Vacío Iluminador, más allá de la Personalidad, del Yo, de la Individualidad, sumergido en eso que podríamos decir el “LOGOS”, “AQUELLO”, sentí que era todo lo que es, ha sido y será; experimenté la UNIDAD DE LA VIDA, libre en su movimiento. Entonces era la flor, era el río, que cristalino corre entre su lecho de rocas, cantando con su lenguaje delicioso; era el ave que se precipita en los fondos insondables; era el pez que navega deliciosamente entre las aguas; era la Luna, era los Mundos, era todo lo que es, ha sido y será...El sentimiento del mí mismo, del Yo, hubo de temer, sí; sentí que me aniquilaba, que dejaba de existir como individuo, que era todo menos un individuo, que el mí mismo tendía a morir para siempre.
Obviamente, me llené de indecible terror y volví a la forma. Nuevos esfuerzos me permitieron, entonces, la irrupción del Vacío Iluminador, otra vez, y volví a sentirme confundido con todo, siendo todo. Como persona, como Yo, como individuo, había dejado de existir.
Éste estado de Conciencia se hacía cada vez más y más profundo, en tal forma que cualquier posibilidad para la existencia se paraba (para la existencia individual), tendía definitivamente a desaparecer. No pude resistir más: Volví a la forma. Un tercer intento, tampoco lo pude resistir: Volví a la forma.
Desde entonces sé que para experimentar el Vacío Iluminador, que para sentir el TAO en sí mismo, se necesita eliminar el Yo del terror; eso es indubitable...
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[1] Budismo, religión de gran
importancia a escala mundial, fundada en el noreste de la India. Se basa en las
enseñanzas de Siddhartha Gautama, más conocido como Buda o El Iluminado. Se
originó como un movimiento monástico dentro de la tradición brahmánica
dominante en aquel entonces, aunque rápidamente el budismo se fue desarrollando
en otra dirección, adquiriendo características propias. Buda no sólo renegaba
de algunos aspectos muy significativos de la filosofía hindú, sino que también
desafiaba la autoridad de sus sacerdotes, no aceptaba la validez de las
escrituras védicas, y estaba en contra de los sacrificios al culto en los que
se basaban estas escrituras. Además Buda abrió su movimiento a personas de
todas las castas sociales, rechazando abiertamente la idea de que los asuntos
espirituales de las personas estuvieran determinados por la condición social dentro
de la que nacen.
[4] Samadhi. Ver notas anteriores.